Hay sesiones que quedan grabadas en la memoria, no solo por la belleza del lugar, sino por la magia del momento y la complicidad de los protagonistas. Y sin duda, la postboda de David y María José fue una de ellas.
UNA POSTBODA INOLVIDABLE
Desde el primer instante supimos que sería un día especial. Nos juntamos un grupo de locos apasionados por la fotografía y las historias de amor para capturar instantes que serán eternos. La jornada comenzó con la suave luz del amanecer, ese momento mágico en el que el sol despierta. No podía haber mejor escenario para esta sesión.





LOS MONTES DE MÁLAGA






AMOR Y ESPÓNTANEIDAD: FOTOGRAFÍAS QUE CUENTAN HISTORIAS
David y María José se entregaron por completo a la sesión. No hubo límites, ni prisas, ni tensiones. Sencillamente, se dejaron llevar por la emoción del momento, regalándonos escenas llenas de ternura, risas y espontaneidad. Bailaron entre los rayos del sol, corrieron entre los árboles, se besaron con dulzura, saltaron de alegría y se miraron con esa complicidad que solo los grandes amores tienen. Fue un espectáculo de emociones que nos permitió jugar con la luz, los encuadres y las sensaciones.






UN RECUERDO PARA SIEMPRE




